Misión de la AADP

La AADP tiene su origen en la organización de los Congresos Nacionales de Derecho Procesal. El Primer Congreso Nacional de Ciencias Procesales se realizó en la Provincia de Córdoba en 1939, liderado por Hugo Alsina. El segundo se realizó en Salta en 1948 y el tercero en Corrientes en 1962. Eran otros tiempos, otro mundo, aunque la realización de 3 reuniones en 23 años evidencia las dificultades organizativas que existían en ese entonces para dar andamiaje a la actividad académica más importante de la disciplina en el país.

Desde ese entonces, siempre con el impulso de personal de alguna personalidad destacada, se fueron organizando, ya con más continuidad, los Congresos Nacionales de Derecho Procesal. Esa energía, hacía 1997, se canalizó en la conformación de la AADP.

Escuchemos al Profesor Roland Arazi, primer Presidente, y su recuerdo de esos momentos.

Aquella finalidad originaria, organizar periódicamente un congreso, nunca se abandonó. Sino que se fue ampliando la actividad merced al crecimiento y al impulso de las distintas presidencias. Como alma mater del Derecho Procesal en la Argentina, fundamentalmente la AADP se federalizó en su conformación, intentando llegar a todos los confines del país, mediante una red de trabajo. Se creó la figura del Consejero Regional para tener representación y presencia en cada provincia y, a partir de allí, el crecimiento se fue siempre incrementando.

Luego la Comisión de Jovénes de la AADP agrupó la sangre nueva, las ideas frescas y el dinamísmo necesario para que ese impulso, montando en las bases que forjaron sus fundadores Augusto M. Morello, Roland Arazi, Angela E. Ledesma, Roberto O. Berizonce, Jorge W. Peyrano y Enrique M. Falcón, encontrara una continuidad y desarrollo que hoy la muestra como un incesante centro de conocimiento, reconocido internacionalmente. 

                                                                                                                ACTA FUNDACIONAL DE LA AADP

Presidentes provisorios previstos en el acta fundacional

Dr. Augusto Mario Morello

Dr. Lino Enrique Palacio

Dr. Julio B. J. Maier

Dr. Carlos J. Colombo

Mensaje de la Presidenta

Ya hace muchos años atrás, visionarios con fe en un país mejor, estudiosos del derecho procesal, fundaron esta Asociación. Pero fueron sus integrantes quienes aportaron su labor incansable, en cada uno de los espacios académicos de nuestro país, los escultores constantes de su misión.

Muchos de sus miembros conforman instituciones internacionales, incluso habiendo ejercido como presidentes del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal, como los doctores Augusto Mario Morello, Roberto Berizonce y Eduardo Oteiza, actual Presidente de la Asociación Internacional de Derecho Procesal. La excelencia demostrada en todas las presidencias anteriores, la de los doctores Roland Arazi, Roberto Berizonce, Jorge Peyrano, Eduardo Oteiza, Ángela Ledesma, Enrique Falcón y Jorge Rojas, junto con sus colaboradores, los delegados, consejeros y titulares de las distintas secretarías y comisiones, permitió custodiar ese legado. Pero son las y los procesalistas -una forma de identificar a muchos nombres- quienes en silencio, sin estridencias, materializaron en los casos concretos el ideal de la justicia, innato al derecho procesal. Nuestro reconocimiento a ellos y ellas, necesaria gratitud a nuestras raíces. Especial mención y consideración merecen las y los jóvenes, quienes desde su Comisión suman ímpetu, empeño, trabajo y dedicación a esta Asociación. Son ellas y ellos, nuestro valioso presente y futuro.

Nos prestamos a dar ahora un paso más en la historia. La Asamblea de la AADP, reunida en el XXXI Congreso Nacional de Derecho Procesal en la ciudad de Mendoza, el día 2 de septiembre de este año, designó a un nuevo Comité Ejecutivo. Su conformación refleja su representación plural y federal, la diversidad de ideas, de especialidades, de género y de edades. Recibimos un voto de confianza al que esperamos honrar.

Es nuestra propuesta gestionar con transparencia, generosidad, abrir puertas, incentivar la investigación jurídica, fomentar el conocimiento y concientizar que el mérito es la única forma de lograr una sociedad mejor.

Las ideas superadoras y desinteresadas, en pos de una justicia independiente, libre de presiones, guiada por la búsqueda de un futuro promisorio han caracterizado desde siempre a esta Asociación y son puntos relevantes de nuestra agenda.

Todas y todos somos indispensables en la búsqueda de esos objetivos. Es un camino que se construye con los aportes nobles, enriquecidos con el conocimiento de las distintas realidades locales, con la experiencia individual, síntesis de pasiones, fortalezas y debilidades. En cada punto de nuestro país -tanto en la docencia, como en el desempeño de la defensa de los clientes y en la magistratura-, con ejemplo y perseverancia, se alientan las vocaciones, se incentiva el compromiso con el estudio, la virtud del esfuerzo, la tolerancia y la responsabilidad intelectual de superarnos.

Hoy más que nunca debemos unirnos para contribuir a la paz social. Ser nosotras y nosotros ejemplos de actividad, coraje y altruismo. Enfrentamos un derecho cambiante, una sociedad que procura encontrar respuestas a conflictos sociales cuyas urgencias no pueden esperar. Soñemos con un derecho procesal para dar voz a quienes no la tienen, justicia a los excluidos, a los débiles y a las víctimas, que materialice las garantías constitucionales y revalorice la dignidad de la persona.

Invitamos a cada uno de uds. a sumarse a la gestión, a aportar ideas y a corregir el rumbo cuando se requiera. Será un comité de puertas abiertas. Es ésta una invitación a seguir trabajando juntos, a estrechar lazos de amistad y a fortalecernos como Asociación, a sumar para crecer.

El Maestro Augusto Morello se preguntaba si tendríamos las agallas o el atrevimiento para quebrar la rutina y asumir el reto de las innovaciones. Se ha demostrado que así fue y sigue siendo nuestro anhelo. Como él decía, siempre con la misma alegría, continuaremos bregando hasta ver las propuestas e ideas razonadas en el punto de destino, aunque acaso nunca lleguen o se esfumen en el horizonte de una ilusión.

Muchas gracias,

Patricia Bermejo,

septiembre de 2022

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